Gamaliel
Sastre, Puebla
.jpg)
Gamaliel Vélez Bretón, originario de la ciudad de Puebla, México, forma parte de la tercera generación de una familia de sastres y tuvo sus inicios en el oficio desde muy temprana edad.
“Aunque desde niño aprendí a usar las máquinas ya que mi papás se dedicaban a la maquila, fue a los 20 años que me metí de lleno a aprender con mi abuelo y cuando me empezó a apasionar la sastrería”
En Junio de 2014, él y su padre se convierten en socios para iniciar su propio negocio, “El sastre workshop” en el cual se dedica de inicio, a realizar camisas a medida con un toque de creatividad y diseño muy personales.
En este emprendimiento se involucra además en la enseñanza del oficio, capacitando al equipo de trabajo a su cargo, personas con las cuales sigue trabanjando en la actualidad. Al igual que su padre con su madre, Gamaliel comparte también esta profesión con su esposa, integrante del equipo desde hace algunos años.
A partir de la formación de este negocio, el trabajo de Gamaliel empieza a destacar y logra independizarse, ya que el taller empieza a producir prendas para marcas reconocidas y esto hace que sea posible tener un total de 10 personas colaborando en él, sin embargo, con la llegada de la pandemia el trabajo se reduce y es imposible mantener un equipo de trabajo tan grande.
“Fue un momento complicado en el que tuvimos que despedirnos de parte del equipo original y se hizo muy difícil continuar, pero afortunadamente creamos alianzas a largo plazo y algunos de nuestros clientes regresaron con diferentes proyectos y sus nuevas marcas.”
Aunque nuestra marca inicia en Oaxaca en 20203, Gama ha sido un gran aliado desde proyectos pasados en la ciudad de Puebla. Con su talento él se encarga de materializar las ideas y diseños de sus clientes con una calidad impecable, por lo que al iniciar con este nuevo proyecto, no pudimos pensar en un mejor colaborador.
“Me enorgullece decir que en la actualidad, el 100 por ciento de mis ingresos proviene de la sastrería, oficio que me heredó mi padre. La sastería no es para cualquiera, se requiere de paciencia - una habilidad que afortunadamente no me ha faltado en estos años de trabajo”

